¡QUÉ NO SE MUERA NUESTRO QUIJOTE!

   Hoy en un día tan especial donde la voz de las letras se hace escuchar de manera más elocuente y clara que de costumbre; donde el grito del lenguaje se levanta para reclamarnos con insistencia la importancia de no olvidarlo y rescatarlo del silencio al que lo ha llevado la pantalla, ya que solo lo hiere y lo lastima porque cada vez este gigante enorme lo opaca y lo esconde sin piedad. Vale la pena desempolvarlo, recordarlo y decirle que vamos a rescatarlo empezando por preguntarnos ¿Dónde está nuestro Quijote? 

   ¿Dónde está nuestro Quijote que nos lleva a imaginar lo imposible y a crear de molinos gigantes que nos atacan un ser invencible dentro de nosotros que potencializa nuestros sueños y convierte lo inalcanzable en alcanzable? 

   ¿Dónde está nuestro Quijote que de nuestra camisa hace una armadura para contrarrestar el mal deseo de aquel que guarda en su sonrisa tres espadas?  

   ¿Dónde está nuestro Quijote que nos lleva a soñar con derribar ejércitos de problemas que en realidad son rebaños y amar sin medida lo que tanto soñamos?

   ¿Dónde está nuestro Quijote que nos hace reconocer la importancia de un amigo y su compañía en las guerras que nos presenta la vida?

   ¿Dónde está ese Quijote que nos enseña a pedir perdón cuando fallamos y reconocer nuestras debilidades en lugar de culpar a otros?

   ¡Qué no se muera nuestro Quijote! Perdonémonos y saquemos nuestro Quijote del fondo del alma como tal cual lo expresó Don Quijote a su gran amigo y escudero Sancho Panza:

  “Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo”. Cervantes Saavedra (1547-1616, (1966))

   Para quien su gran amigo Sancho Panza respondió:

“-No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía”. Cervantes Saavedra (1547-1616, (1966))

   ¡Qué hermosa es la vida cuando nos dejamos llevar por ese Quijote que tenemos adentro! ¡Que hermosa es la vida cuando luchamos en contra de nuestros propios miedos y nos armamos del valor de creer en nosotros mismos!

   Así que hoy, no nos dejemos morir detrás de la pantalla, de la melancolía, del afán de la vida; rescatemos el lenguaje y recordemos a nuestro Quijote, ese que todos llevamos adentro y no dejemos que se muera. Hablemos, escribamos, conversemos, tomémonos un café y revivamos a ese Quijote escondido en la historia y que todos anhelamos sacar desde lo más adentro de nuestra alma; desempolvémoslo, vivámoslo, soñémoslo, pero sobre todo usémoslo a través de nuestro lenguaje: ¡Hablemos más, creamos en nosotros y compartamos sin medida!

   ¡Feliz Día del Idioma!

   Clara Inés Borda Gallón

______________________________________________

   Bibliografía:

   Cervantes Saavedra, Miguel de, 1547-1616. (1966). El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. Madrid :Espasa-Calpe